Numerosos estudios psicológicos han demostrado que las personas que meditan de manera habitual son más felices y están más satisfechas que la media.

Los beneficios de la práctica regular son numerosos, desde reducir la ansiedad, la despresió, el estrés y la irratabilitat hasta mejorar la memoria y reducir el impacto de enfermedades como el dolor crónico, y el cáncer, pasando por reforzar el sistema inmonulògic.

Y qué es eso de meditar?

Meditar es estar aquí y ahora presente sintiendo todo lo que sucede dentro y fuera de mí.

Cuando me despierto siento como se abren los ojos y observo como estoy, donde estoy. Cuando me lavo la cara siento el agua acariciando mi piel al tiempo observo la mente como parlotea. Cuando me miro al espejo me veo a mí. Cuando camino hacia la cocina observo qué temperatura hace, como estoy respirando. Cuando me alimento lo hago en exclusiva, masticando consciente de que estoy nutriendo mi cuerpo. Cuando camino siento mis piernas como se mueven, mis pies apoyándose en el suelo, a través de la vista observo todo mi alrededor.

Muchas personas pensamos que meditar es quedarse en blanco. Que la mente deje de pensar. Y el hecho es que cuanto más deseamos que calle nuestra mente los pensamientos recobran más fuerza e intensidad. Cada vez que quiero silenciar la mente ella coge más poder.

La propuesta del mindfulness o atención plena es dejar de luchar y de manipular el instante presente. El mindfulness nos lleva a abrazar todo lo que está sucediendo. Y la atención la podemos llevar a todas las capas de lo que soy: desde el cuerpo, las sensaciones, las percepciones, las emociones, los pensamientos, el entorno ...

Meditar se vuelve lo más simple del mundo cuando la entendemos y la aplicamos a nuestra vida diaria. Sencillamente me quedo aquí captando todo lo que está pasando.

Y porque me cuesta tanto vivir el presente?

El último modelo de cerebro en este planeta es nuestro. Con un neocórtex muy moderno y sofisticado. Las conexiones neuronales son sumamente rápidas, esto quiere decir que nuestra mente es la parte de nosotros mismos más movida y volátil, loca y a la vez brillante.

Como aquietar esta mente?

Volviendo al momento presente constantemente.

¿Estás preparado?

Donde te encuentres sientate con la espalda recta, si es posible separate un poco para que la espalda se aguante sola. Puedes apoyar los pies planos en el suelo. Cierra los ojos y siente los párpados como acarician los ojos. Deja la mirada quieta en el centro de la frente.

Concentrate en la respiración, como entra y sale el aire de tu cuerpo. Permanezco en contacto con las diferentes sensaciones que te proporciona cada inspiración y cada exhalación. Analtiza la respiración sin buscar nada especial. Deja que la respiración sea genuina, sin emitir ningún cambio. Que cada aporte de aire nazca para él solo.

Es posible que al cabo de unos momentos tu mente comience a divagar. Cuando esto suceda, vuelve a centrarte te en la respiración sin esforzarte mucho. El acto de darse te cuento de que la mente se dispersa y de recuperar la atención sin autocriticarte es fundamental para la práctica de la meditación mindfulness.

Posiblemente, tu mente se calmará por completo (o no). Y aunque ahora tengas una sensación de una tranquilidad absoluta, tal vez sólo sea pasajera. Si sientes que estás enfadada o nerviosa, observa que esta sensación también puede ser pasajera. Pase lo que pase, deja que sea como tenga que ser.

Pasado un minuto abre los ojos y toma conciencia de dónde estás.

Este es el enlace del diario El Segre donde está publicado:

http://www.segre.com/noticies/lectura/seccions/en_forma/2017/01/11/mindfulness_viure_des_atencio_plena_9789_2625.html