Cuando vengas por primera vez a una clase:
Ven 10 minutos antes de que empiece la clase por habla un momento con el profesor. Asegúrate de comentarle cualquier lesión o problema de salud y no tengas miedo de expresar dudas sobre la práctica del yoga. Puedes estar tranquila, no te pediremos que hagas cosas que no estés preparada para hacer. Con nosotros todo será muy fácil.
Durante la clase de yoga, el profesor te dirá cómo y cuando te tienes que mover. A veces explicará los beneficios concretos de una postura y como utilizarla para aliviar tensiones o contracturas. La mayor parte de las clases duran una hora y cuarto. En este tiempo lo más probable es que te guíen a través de ejercicios de respiración, movilizaciones rápidas de calentamiento, posturas, respiración consciente y, para acabar, meditaciones y relajaciones guiadas, durante las cuales los alumnos cierran los ojos y procuran absorber todo lo que han experimentado.
Durante la sesión de yoga, mima tu cuerpo y no lo empujes a hacer cosas que no puede hacer con comodidad. No luches para hacer una postura. Si sientes dolor suave, relaja los músculos. Si te cansas, descansa un poco. Si necesitas parar, quédate en una postura relajante. No pasa nada y, de hecho, es lo más normal. La auténtica práctica del yoga es la que siempre mima el cuerpo.
Después de la clase puedes experimentar una sensación muy profunda de bienestar y relajación. Es buena. Disfrútala.
Tampoco te sorprendas ni te molestes si durante la clase o bien al final, notas una emoción muy fuerte o una sensación profunda de expansión o movimiento en el cuerpo. Esto también es bueno: durante las clases de yoga a menudo se liberan tensiones y emociones retenidas.
Todo el material que necesitas para practicar está dentro de las salas, solo hace falta que lleves roba cómoda, una esterilla y ganas de experimentar.
